Viruela Mpox:
Expertas del Hospital Clínico de la Universidad de Chile relevan la necesidad de capacitar continuamente a los epidemiólogos para que mantengan un alto nivel de sospecha ante una variante diferente de la que circuló en 2022.
Frente a la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la emergencia de salud pública internacional debido al nuevo brote de viruela Mpox, conocida como la “viruela del mono”, especialistas de la Universidad de Chile analizaron la situación y evaluaron la preparación del país para enfrentar posibles casos.
Este virus circuló entre 2022 y 2023, siendo registrada en África de manera endémica. En 2022, fue cuando se hizo conocido por el brote alertado internacionalmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que cambiaron sus características y comenzó a diseminarse hacia otras regiones.
A principios de agosto, la OMS declaró nuevamente una emergencia de salud mundial debido al elevado número de casos registrados en la República Democrática del Congo, donde las muertes por este virus superan las 500 personas.
En Chile, el Ministerio de Salud (Minsal) anunció una Alerta Sanitaria en el país de manera preventiva, dado este contexto a nivel mundial.
Como ocurrió con el SARS-COV-2, conocido como Coronavirus, la microbióloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Marcela Cifuentes, explica que este virus ha tenido variantes.
“La variante que circuló en África que era endémica y que no corresponde al brote de 2022 es el clado I. Luego, el que circuló hacia todo el hemisferio norte, occidente, fue clado II. En estos momentos, el que está circulando y es responsable de este brote y provocó este nuevo pronunciamiento de la OMS, proviene del clado I, pero no es idéntico, es el Ib”, detalla Cifuentes.
Según han señalado los científicos, el clado II es mucho menos peligroso, con una tasa de letalidad de alrededor del 0,1 %. Es decir, aproximadamente muere una persona de cada mil. Respecto del clado I, se ha indicado que la tasa de letalidad oscila entre el 3% y el 4%. Esto significa que mueren entre tres y cuatro personas de cada cien.
Esta variante, del clado IB, se ha relacionado no solo en la población de riesgo que conocíamos, explica Cifuentes, también ha afectado a niños, y dentro de esa población la letalidad ha sido mayor. Además, es necesario, dice, considerar las determinantes sociales de la población afectada, que la hacen susceptible a cualquier tipo de enfermedad, principalmente por la desnutrición.
“No necesariamente la mayor virulencia explica su mayor letalidad, sino que las condiciones propias de quienes se han visto afectados”, agrega.
Sistema de vigilancia y capacitación
Cifuentes, además, recalca que “tenemos como país un muy buen sistema de vigilancia de enfermedades de notificación obligatoria”.
Pese a que la enfermedad es una variante de la viruela que circuló en 2022, esta no ha cambiado su mecanismo de transmisión, que es por contacto directo piel con piel, por elementos contaminados. “Por este motivo, el contacto sexual es relevante, pero también el contacto entre personas con poca ropa, donde sí hay lesiones en la piel, puede ser transmitido el virus”, dice la microbióloga.
Además, dentro de la prevención, la infectóloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Jeannette Dabanch, señala que es fundamental mantener bien preparados a los profesionales respecto a la nueva infección.
“Se debe realizar capacitación continua de los clínicos para un alto nivel de sospecha clínica para incorporar el estudio de laboratorio para detección oportuna de los casos. Hoy cuando un médico sospecha el diagnóstico debe obtener muestras para el estudio de laboratorio para confirmar además de notificar de manera inmediata a la autoridad sanitaria, con el fin de asegurar el la vigilancia de casos e identificar los potenciales contactos del paciente. El diagnóstico de laboratorio está disponible”, sostiene,
Medidas de prevención
Además, dentro de las medidas de prevención está la vacuna que ya está disponible en los centros de salud pública del país. El Minsal ha señalado que los grupos que pueden acceder a las vacunas son los usuarios de PrEP (profilaxis preexposición), quienes hayan tenido contacto con una persona con el virus, trabajadores sexuales, pacientes de VIH, pacientes que tienen o hayan tenido una enfermedad de transmisión sexual durante el último año y hombres que mantengan relaciones sexuales con otros hombres.
El esquema de vacunación es de dos dosis, las que deben realizarse en un intervalo de 28 días, en lo posible en el mismo lugar. La efectividad de la vacuna es de un 99,8%, cifra basada en la producción de anticuerpos alcanzada tras dos semanas de la segunda dosis.
Al respecto, la doctora Cifuentes señala que “esta es una buena vacuna, de tipo virus vivo atenuado, por lo tanto, tampoco es una vacuna que se pueda aplicar de forma indiscriminada a todo el mundo, es solo para cierta población de riesgo y a las personas que tuvieron contacto estrecho con caso confirmado”.
Natalia Figueroa, periodista Uchile