Aunque suelen ser percibidos como instituciones de menor incidencia, académicos y académicas de la Universidad de Chile explican que estas entidades son uno de los principales puntos de contacto entre el Estado y la ciudadanía. Conoce más de su historia e importancia en un año electoral donde las y los ciudadanos deberán elegir a las autoridades que encabezarán estas instituciones en todo el país.

Asociados al pago de multas, patentes comerciales y permisos de circulación, los municipios son la dependencia del Estado con la que la ciudadanía interactúa ampliamente. A esta institucionalidad se suman las gobernaciones, que actualmente se ocupan de diversas políticas y programas regionales asociados con el bienestar de la población. Este 27 de octubre, ciudadanos y ciudadanas de todas las comunas y regiones del país tendrán que escoger a los gobernadores, consejeros, alcaldes y concejales que los representarán por los próximos años.

Sin embargo, esta historia democrática respecto de la gobernanza local tiene algunas consideraciones. Desde 1941 hasta 1989, de acuerdo al Art. 68 del Decreto Supremo n° 1.472, las municipalidades de Santiago, Valparaíso y Viña del Mar tenían alcaldes nombrados por el Presidente de la República. Como señala Sergio Galilea, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, esto se profundizó durante la dictadura, que ejerció un control total de las alcaldías del país.

“Los municipios de la dictadura eran nombrados directamente por esta y, por tanto, no había elección popular. A finales de junio de 1992, se hizo la primera elección municipal democrática en todos los municipios del país”, explica el académico.

También desde la Facultad de Gobierno de la Casa de Bello, el profesor José Viacava considera a los municipios como una piedra angular del funcionamiento del Estado que no es reconocida adecuadamente. “Es la primera puerta de entrada de la ciudadanía, y es evidente que se requiere mayor difusión”, afirma el académico respecto de la importancia de conocer sus atribuciones.

Cecilia Osorio, investigadora de la misma unidad académica, junto a investigadores de otras universidades, ha trabajado en un Fondecyt Regular que analiza iniciativas municipales como las farmacias populares y las oficinas hídricas, evidenciando un mayor interés por parte de los municipios en poder trabajar proyectos de mayor envergadura para la comunidad. Muchos de estos proyectos, sostiene, “son innovadores y no existían con anterioridad (…) Estos programas contribuyen a abordar problemas, en algunos casos bien puntuales, pero también en algunos casos problemas bien complejos que escapan a las capacidades de los municipios”, destaca.

Más democrático y con carrera funcionaria

Chile está en un proceso de transformación a nivel de gobernanza local, un proceso que comenzó el año 2018 con la entrada en vigencia de distintos cuerpos de ley que suprimieron las intendencias para reemplazarlas por las actuales delegaciones presidenciales provinciales. 

Paralelamente, también se creó la figura del gobernador o gobernadora electa, que, como señala el profesor Viacava, viene a reemplazar el cargo del intendente designado, figura que había perdido la representatividad ciudadanía. La nueva autoridad, en esta línea, “tiene fundamentalmente como misión el desarrollo de políticas y programas para el bienestar del territorio y la ejecución del principal instrumento de fomento, que es el Fondo Nacional de Desarrollo Regional”, explica el académico.

Estos cambios coinciden con la crisis de representatividad que distintas instituciones democráticas han sufrido, fenómeno que para el profesor Sergio Galilea se enmarca en un debilitamiento de las instituciones democráticas, de las estructuras participativas y de la confianza ciudadana en sus instituciones.

Es por ello que la profesora Osorio considera relevante abrir la institucionalidad local mediante el fortalecimiento de la administración de sus gobiernos. “Tenemos que fortalecer a los municipios no solo con atribuciones, sino con que cuenten con profesionales capacitados para poder responder a estas iniciativas. (…) Los liderazgos de un alcalde o alcaldesa por sí solos no generan este tipo de iniciativas”, sostiene Osorio.

Desarrollar una carrera funcionaria es un punto en el que también coincide Galilea, pues genera mayor vinculación. Es importante “asegurar que haya una carrera de méritos dentro del municipio, porque el prestigio de las instituciones tiene que ver con que exista una planta permanente más allá de que pueda cambiar la autoridad”, concluye Galilea.

Rodrigo Gallardo
Prensa Uchile