Por un futuro más sostenible.
La reciente aprobación de la ley que obliga a estandarizar los cargadores de teléfonos móviles marca un hito en la lucha contra la basura electrónica en Chile. Esta normativa busca reducir los residuos generados por cables y cargadores, un problema que afecta gravemente al medio ambiente. Especialistas de la Universidad de Chile explican que al establecer un estándar único para dispositivos Android y iPhone, la ley promueve la sostenibilidad y fomenta la competencia justa en el mercado tecnológico.
La reciente aprobación de la ley que establece un estándar único para cargadores de teléfonos móviles es un paso fundamental hacia la reducción de la basura electrónica en nuestro país (boletín 14935-03). Aunque algunas marcas ya han comenzado a adaptarse, la implementación completa se espera en los próximos años, lo que permitirá un gran avance en la sustentabilidad.
Un cargador y su cable pueden parecer insignificantes en peso, pero cuando se suman todos los que existen en una casa y se multiplican por la población del país, el problema se magnifica. «En la Unión Europea, donde ya se ha implementado una ley similar, se espera eliminar 11.000 toneladas de basura electrónica al año, equivalente a aproximadamente 287 millones de cargadores«, comenta Pablo Garrido, ingeniero de la Oficina de Ingeniería para la Sustentabilidad de la Universidad de Chile.
La ley recién aprobada en Chile establece que tanto iPhones como dispositivos Android deberán utilizar la misma interfaz y protocolo de carga, lo que reducirá significativamente la cantidad de residuos electrónicos. Durante la discusión de la norma, se destacó que la estandarización no solo disminuye los desechos, sino que también favorece la competencia y elimina barreras de entrada para nuevos actores en el mercado.
«Esta ley es fundamental para la sostenibilidad, ya que reduce la producción innecesaria de cargadores, lo que a su vez disminuye la cantidad de basura electrónica y su impacto ambiental«, añade Garrido. Además, Sandra Jaque, ingeniera en electrónica y jefa de Infraestructura Digital en la Universidad de Chile, señala que «como sociedad, debemos ser conscientes del daño que causamos al planeta al cambiar dispositivos constantemente. Esta ley es un paso en la dirección correcta».
Los cables y cargadores contienen plásticos y minerales valiosos como cobre y aluminio, cuyo desecho en lugar de reciclaje implica la pérdida de materiales y un mayor impacto ambiental debido a la necesidad de producir más. Según el último estudio de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en 2019 se generaron 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos a nivel mundial, y se estima que esa cifra alcanzará los 74,7 millones para 2030.
Chile, con 193 mil toneladas de chatarra electrónica al año, es el tercer mayor productor de residuos de este tipo en América Latina. Sin embargo, menos del 18% de este material se recicla. La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, ha anunciado que pronto se implementará una regulación específica para el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos, ampliando el marco legal para abordar este desafío ambiental.
“La implementación de la ley REP, que regula el reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos, está en su fase final. Es fundamental fortalecer esta ley para asegurar su eficacia y considerar nuevas normativas que amplíen la responsabilidad de los productores e incentiven el ecodiseño en los equipos importados o producidos”, concluye Garrido.
Este nuevo marco legal representa un importante avance para Chile en la gestión de residuos electrónicos y la protección del medio ambiente, sentando las bases para un futuro más sustentable.
FUENTE: Uchile.cl